Sin esperarlo

martes, 7 de agosto de 2007

 

Cuando pensé que ya no sentiría en otra piel la electricidad que reanima mi alma, cuando suponía que mis días no serían más que un triste correr de tiempo, aparecíste tú. No sé ni como ni de donde, sólo que apareciste. Te tuve todo este tiempo delante de mis narices y, de repente, desapareció el velo que hacía que no viese en tí más que un amigo. Entraste en mi corazoncito, no por la puerta, ni con grandes alardes, más bien te metiste a hurtadillas, casi sin hacer ruído... lo hicíste latir de nuevo y le diste a mi vida un sentido que creía perdido para siempre...
Una noche como una más...confundida con las estrellas.
El humo me inundaba y no me dejaba ver la realidad...

Un segundo, un cigarro y me besó...

Una semana, como una más,un amigo desconocido.La ausencia de una sombra, un pensamiento y apareció....

Un minuto, una mirada y me besó...y ahora..

¿Quién mejor que tú para acunar mi sueño?

¿Quién mejor que tú para encontrar el sol?

Una eternidad como una más, un corazón resucitado.

Una poesía prohibida, una canción

y me enamoró...

3 comentarios:

Javier Romero dijo...

Las cosas buenas pasan sin esperarlas. Es mejor siempre compartir una realidad que una ilusión; compartir la vida que compartir la ausencia.

Ya sabes que hay mil cosas por descubrir en un mundo que, por suerte, nunca deja de girar.

Estoy feliz :)

María de los Angeles dijo...

felicidades!!!

Sologoya dijo...

Gracias por tus felicitaciones "ángel de las mil violetas"...