¿Exito o fracaso?

lunes, 10 de septiembre de 2007

 

Con un poco de resaca, causada no por el alcohol, sino por tanto momento trascendente, me he despertado hoy. Mis ojos intentaban obedecer a mi cerebro y a mi sentido de la responsabilidad, les ha costado horrores ser sumisos y abrirse. Me he levantado sin mucha convicción y he ido directa a la ducha con movimientos automáticos e inconscientes… Tras acomodarme en el asiento del hidromasaje, mi mente ha empezado a divagar sobre la importancia de saber qué es importante para cada individuo.
Después de una velada internacional donde las haya (y, a la par, relajada y divertida) una intenta hacer repaso a lo que ha conseguido a lo largo de los 27 insignificantes años de su vida. Las personas que conocí son estupendas, cercanas, sencillas, abrumadoramente inteligentes pero en algunos momentos “acomplejadoras”.
No hablo inglés ni ningún idioma que suponga el riesgo de hacerte quedar en ridículo intentando vocalizar cosas que a penas entiendo. No trabajo, ni he trabajado, ni trabajaré en ninguna multinacional en cuyos departamentos existen esas salas tan monas con máquinas de café, y en las que recibes incentivos tales como un viajecito a la Republica Dominicana. No he tenido ocasión de viajar por Europa un par de veces al año. No tengo la necesidad de abandonar mi ciudad para alcanzar metas más altas.
Pero ¿son estas cosas las que delimitan a las personas que han triunfado y a las que no? En estas conversaciones filosóficas conmigo misma estaba, cuando me he dado cuenta de que aun no había abierto el grifo para ducharme, y que, a pesar de tener el trabajo al lado de casa, llegaría tarde si no lograba convencer a mis entumecidos miembros de que se movieran.
Después de una larga jornada laboral en la pequeña empresa de construcción del mismo barrio en el he vivido desde siempre, he llegado a la conclusión de que no sólo me siento una triunfadora, sino una privilegiada.
Me gusta mi trabajo y la sensación de lograr pequeños beneficios fiscales a la empresa cada día, me gusta coger mi coche y perderme dentro de la provincia, me fascina mi ciudad y cada día descubro algo nuevo , que hace que el cordón umbilical que me une a ella sea cada día más fuerte. Tengo a mi lado una persona estupenda y unos planes de futuro en los que no aparece por ningún lado el “speaking english”, ni grandes eventos sociales, ni viajes de turismo de sol, playa, pulserita y miserias tras los muros del hotel. No pretendo que nadie recuerde mi nombre por ser presidenta del fondo monetario internacional.
Respeto a todas y cada una de las personas que basan su felicidad en el éxito social y laboral, pero no hay mayor triunfo que los amigos, la familia y una persona con la que compartir todos y cada uno de tus logros y de tus fracasos; y todo ello sin la necesidad de renunciar a tus orígenes, tu ciudad y tu vida.

5 comentarios:

Javier Romero dijo...

Cada uno encuentra una razón para ser feliz, y cada uno también encauza su vida como quiere.

No es necesario nada de lo que has descrito para ser feliz, ni siquiera considero como conformista a quien no lo persiga. El rango de la felicidad abarca desde un sencillo campesino hasta al más importante ejecutivo de una enorme multinacional. Encontrarla, ya es cuestión de cada uno.

Un besito, mi... mi Ro.

butherfly dijo...

Pues que sí, tienes toda la razón, hay quienes necesitan de viajes por el mundo y hablar inglés, frances, y algún otro idioma, así como ostentar lo que han logrado en la vida para sentirse realmente triunfador@s...
Cuando alguien se entera que estudio idioma galego, suelo ser víctima de bromas estúpidas en más de una ocasión, pero como no soy de amedrentar fácilmente, digo con toda tranquilidad que el portuguéz le debe su existencia al galego, dejando a más de uno de aquellos gilipollas con la boca abierta... jejejejejejejeje, también curro en lo que me satisface, por lo que siempre digo, "NO ME PREGUNTES A QUIEN CONOZCO, LA PREGUNTA CORRECTA ES, ¿¿QUIEN ME CONOCE A MÍ??"... sip, así voy por la vida, y no me interesa recorrer el mundo para ser feliz, sólo necesito estar donde están aquellos a quienes quiero, nunca he estado ni en España ni mucho menos en galicia, pero, es ahí donde están aquellos que hoy mueven mis días, mis alegrías, y mis afectos, razón por la que espero algún día tenerles frente a frente, hace unos días, me ha preguntado un conocido si me gustaría viajar a inglaterra o a francia, se ha llevado un palmo de narices con mi respuesta, pues de inglaterra, no hay nada que me apetezca más que aquel museo donde guardan todo lo que han robado de otras culturas "principalmente la egipcia", y de francia, pues, lo mismo, sólo es magnífico museo, que también atesora aquello que pertenece a otros... fuera de ello... me importa un bledo donde queden...
Me alegra que mi hogar virtual te de parte de esa galicia que tanto amas, pues, que yo también la voy amando de mano de mis amig@s que cada día significan más para mí...
Gracias por visitarme, un biquiño agarimoso

Sologoya dijo...

Pues si Javi, yo ya he encontrado mi particular razón para ser feliz: Tú.

Butherfly, admiro tu forma de ver la vida, y admiro mucho más tu dedicación a ese idioma. Gracias por visitar mi pequeño mundo. Espero ir conociendote un poquito más.

Besos

J.M.S.G. dijo...

El éxito y el fracaso sólo se pueden medir en base a tus propios objetivos, no a los que pongan otros.

Si eres honesta contigo misma, no te tendríamos que resultar "acomplejantes"...

Sologoya dijo...

Pipo, te doy la razón en que el exito sólo se mide con el propio rasero que uno mismo se ponga.

Cuando empecé la carrera, el master y todo lo demás, me ponía metas altas, pero no hacía nada por lograr alcanzarlas. Luego me dí cuenta de lo que de verdad era importante para mí, y fue cuando comencé a ser totalmete feliz...

Me encantó conoceros mejor en aquella cena, y lo de acomplejadores no era por vosotros, sino por mí misma, porque hubo un momento en el que pensé si había renunciado demasiado pronto a todo lo que habia soñado para mi vida laboral.
Ahora me doy cuenta de que hice lo que tenía que hacer en el momento justo.

No te tomes las cosas al pie de la letra... Ojalá podamos conocernos un poquito más.

Besos para ti y Janice.