Roma (2ª parte)

martes, 27 de noviembre de 2007

 

16 de Noviembre de 2007
La luz empieza a filtrarse por la ventana, ¡nos hemos quedado dormidos!, Javi comienza a desperezarse y a hacerme cosquillas en la espalda con sus manos… Sólo son las ocho menos cuarto de la mañana, y ya parece que es medio dia. Subimos a desayunar, y de nuevo nuestras caras se quedan parapléjicas, como si nos hubiera “dao un aire”, menudas vistas al Vaticano, y menudo desayuno…. No sabes que coger ante tal despliegue de delicias culinarias… Un poco de fruta, un zumo de naranja, un par de croissants con mermelada y queso, y lo mejor: el capuchino con corazón de chocolate incluído. Es casi reiterativo y de lógica decir que los mejores capuchinos que he probado nunca me los tomé en Roma.

Planeamos nuestra ruta. Hoy toca Vaticano. Llegamos temprano a San Pedro, aún no hay demasiada cola…tras entrar una vez más por un arco de metales, llegamos ante una puerta en la que la guardia suiza hace lo propio, es decir, está de guardia con sus lanzas y sus trajes anclados en la época de Miguel Ángel. Doblamos la esquina de columnas, y ahí está, la puerta de la basílica. Como borreguillos, seguimos al rebaño de gente que sube la escalinata hasta la entrada. Llegamos a un patio, hay tanto que ver que no sabemos para donde tirar, decidimos entrar a las tumbas de los papas. Tanta magnificencia de monumentos recargados contrastan con la tumba de Juan Pablo segundo, una simple lápida en el suelo con una rosa de plata encima. El ambiente es de lo más sobrecogedor. Con un nudo en el estómago decidimos subir a la cúpula en ascensor, previo pago de 5 €. En la puerta nos encontramos con dos jóvenes operarios, que comienzan a soltar veinte mil cosas en italiano a penas inteligible. Con la cara dura que me caracteriza, hago como si los entendiera y comienzo a decirle en español con acento y movimientos italianos, que eso les pasa por ser tan capullines. Javi sale en mi auxilio y comienza a hablar con ellos en inglés, me voy poniendo cada vez más roja al comprobar que lo único que pretendían preguntarme es por un buen hotel en Valencia. La cosa queda en una simple anécdota. Subimos en el ascensor, y cuando pienso que este monumento está hecho para mí, para vagos como yo, nos percatamos de que aun hay que subir unas 300 escaleras más. No hay remedio, una vez aquí no se puede dar marcha atrás. El esfuerzo y los sudores merecen la pena, las vistas desde la cúpula son impresionantes. Sigue chispeando, aún así dejamos que el agua golpee suavemente en nuestras caras, casi es un alivio.

Bajamos a la zona intermedia y Javi tiene una pequeña descomposición ante tan “ligerito” desayuno y tanta subida de escaleras. Por fin, entramos en la basílica, es impresionantemente grande, pero también está horriblemente masificada. Es algo que deberían de regular, dar solo un cierto número de entradas al día. No deja de ser un sitio religioso, así que a mi entender se debería de entrar con un mínimo de respeto. Nadie entra en una mezquita o en una sinagoga y se pone a dar voces o a hacer fotos a diestro y siniestro. Tras pelear con unos cuantos grupos de chinos logramos colocarnos enfrente de la Piedad de Miguel Ángel, nos ponemos nuestras audio guías y escuchamos ciertas anécdotas acerca de este monumento.

Tras disfrutar de unos momentos de tranquilidad en una de las capillas, salimos a la calle de nuevo y mandamos postales a la familia desde el Vaticano (las cuales llegaron a Granada después que nosotros). Nos disponemos a ver los museos vaticanos y la Capilla Sixtina, pero la cola nos hace desistir. Salimos a la plaza del Risurgimento y decidimos comer en una pequeña tratoria muy acogedora y con un personal muy entregado. Llenamos de nuevo nuestras tripas y salimos dando un paseo a la plaza Cavour, donde cogemos nuestro “amigo el 87” que nos lleva hasta la vía Foros Imperiales. Al fin estamos ante las puertas del Coliseo. Gracias a mis investigaciones antes de salir de Granada, me entero que en Roma existe un bono para entrar en ciertos monumentos y para utilizar el transporte publico durante tres días, así que logramos entrar sin hacer cola. Todo el mundo que había estado en Roma me contaba que el Coliseo era una de las cosas que más le decepcionaron, a mi me pasó todo lo contrario. Quizá la gente iba con la idea de encontrarse la sangre desparramada de los cristianos que echaban a los leones, o que el estado de conservación del mismo fuese impecable, pero debemos de tener en cuenta que muchos siglos y demasiadas cosas han pasado sobre sus muros. Aún así puedes llegar a imaginarte una tarde cualquiera de espectáculo de gladiadores, con cincuenta mil gargantas animando, y se te ponen los pelos de punta.

Tras hacernos las típicas fotos con el pulgar hacia abajo como signo de que salieran los leones, damos una vuelta por su interior y contemplamos numerosas estatuas descabezadas de la época. Es aquí donde nuestra integridad física comienza a peligrar. Javi, en un alarde de “buenafollá” se dispone a posar tocándo un seno desnudo de una de las figuras cuando, antes de que su mano llegue a tocar tan preciado trofeo, las alarmas y las luces comienzan a estallar….. menudo susto!!! …Nos hacemos los longuis como podemos y proseguimos nuestro paseo a través de la via San Gregorio y llegamos al comienzo del Circo Máximo. Aquí casi no quedan restos pero a la derecha se puede observar parte del Palatino y a la izquierda el Monte Aventino. Volvemos a desandar los andado y reponemos fuerzas con un delicioso helado de turrón y stracciatella. Tras unos cuantos rodeos llegamos a la plaza de España, unas cuantas fotos y mis ojos se desvían hacia un gran letrero luminoso en el que se lee: D´ior… ummm…creo que hemos topado con la Calle Mesones del lujo… La mirada se te va a lado y lado, entre tiendas de Armani, Cartier, Versace, Lois Vuitton, dónde da miedo acercarse aunque sea al escaparate. Tras soñar durante unos cuantos segundos, nuestros cuerpos están ya entumecidos y decidimos volver al hotel para recompensarnos con una buena ducha caliente. Como habíamos imaginado, la ducha nos deja como nuevos y con ganas de más, así que de nuevo a coger el bus para callejar por el centro. Decidimos volver a la Fontana di Trevi para ver si tenemos más suerte y la vemos con menos gente, pero nuestro gozo en un pozo (o en una fontana) está igual de masificada y para colmo hay numerosos vendedores de rosas que te atosigan cual gitana romero en mano en la puerta de la Capilla Real. Era mi segundo intento de foto en la fontana y se acerca un vendedor que me da todo el ramo de rosas para hacerme la foto. ¡Mira que atento oye!, nada más alejado de la realidad, al final hubo que comprarle una rosa para que dejara de darnos la lata. Cuando ya nuestros estómagos comenzaban a reclamar algo consistente, nos encontramos, increíble pero cierto, a unos amigos de Javi allí mismo…tras las bromas típicas nos despedimos y entramos en el primer sitio que encontramos, un Mc Donalls. Tanta crítica a los guiris que vienen a Granada y que comen en semejantes antros, para ahora terminar nosotros haciendo lo mismo. Pero no hay remedio, el hambre puede con nosotros.

Decidimos dar un ultimo vistazo a los alrededores y llegamos de nuevo al Coliseo. Es increíble lo que puede llegar a cambiar un mismo sitio dependiendo de las horas del día. La masificación ha desaparecido y el ambiente, si me apuras, es casi acogedor.

Esta vez si, cogemos el bus, y volvemos al hotel con la sensación de que hayan pasado semanas en lugar de horas desde que nos levantamos. De nuevo tanto cansancio y tantas horas de caminata hacen que no pueda conciliar el sueño. Y una vez más ahí esta Javi para darme calorcito y hacer que el sueño llegue de forma inmediata.

4 comentarios:

Javier Romero dijo...

La verdad es que aprovechamos muy bien el tiempo.

Me apetece echar un día así por Granada, aunque luego no nos podamos duchar en el Hotel Isa...

Un beso entre edificios.

Sologoya dijo...

Jajaja...pues si, ya que hemos pillao carrerilla habrá que animarse con caminatas en Granada.

Aun espero tu visión de los hechos.

Cienes y cienes de pizza al taglio en Sale Miele

Anónimo dijo...

Hola!


Me llamo Jose y soy de Valencia.
Investigando sobre posibles bonos de descuento en monumentos de Roma he dado (gracias a Google XD) con tu blog.

Mi msn es tenilla@hotmail.com y me gustaría que, si te es posible, me agregases y así hablamos de cuánto más o menos cuestan los monumentos o qué incluía ese bono y demás...

Visito Roma en Octubre y como no conozco nada de alli (y leerse las guías es ufff, un pelin pesillo xD) pues no sé, si me comentas así por encima qué hicisteis vosotros...

Un saludo!

Y gracias! :D

Anónimo dijo...

Hola!


Me llamo Jose y soy de Valencia.
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Mi msn es tenilla@hotmail.com y me gustaría que, si te es posible, me agregases y así hablamos de cuánto más o menos cuestan los monumentos o qué incluía ese bono y demás...

Visito Roma en Octubre y como no conozco nada de alli (y leerse las guías es ufff, un pelin pesillo xD) pues no sé, si me comentas así por encima qué hicisteis vosotros...

Un saludo!

Y gracias! :D