Siento una necesidad imperiosa de gritar al mundo que soy feliz, que después de tanto tiempo lanzando mensajes en una botella sin recibir respuesta, he encontrado a el remitente imaginario de todas mis misivas. Es él lo que siempre había soñado y que ni yo misma pensé que existiría. Pero existe, esta aquí, junto a mi. Juntos caminamos de la mano, me mira, me sonríe y no hay problema o mal rato, que él no pueda aliviar con sus besos.
Él es mi aire cuando me falta la respiración, mis manos cuando mi túnel carpiano no me deja actuar con soltura, mi serenidad cuando mis nervios se crispan, mi espejo mágico que me recuerda cada día que los demás ven el concepto que de ti misma que tengas. Mi todo, mi complemento.
Simplemente eres tú y te quiero.
1 comentarios:
Quizás esa botella que lanzaste al mar se rompió una vez y me llegó el mensaje mojado y desnudo de cristal.
Si algo descubro cada día es la capacidad que podemos tener para sustituir las palabras "tuyo y mío" por la palabra "nuestro". No es fácil, aunque a veces aparezcan en la vida circunstancias que lo parezcan, encontrar toda esta armonía.
Si tuviese que definir lo que siento podrías sorprenderte, así que prefiero demostrártelo hasta que la muerte aún nos una más.
Te quiero.
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