¡ HIPOTECA..!

"Ni demasiado grande, ni "minipiso" promovido por nuestra excelsa ministra. Eso si mamá, muy soleado, la cocina preciosa, las vistas increibles y ¡podemos permitirnoslo!".

Esas fueron mis palabras tras visitar, casi sin ganas y con excepticismo, un piso de los "cienes y cienes" que hemos visto en los últimos seis meses. Esa era mi rutina cada día: encender el ordenador, abrir el explorador y enfrascarme, cual Indiana Jones, en la busqueda del "piso perdido".

Pero ese lunes, la suerte quiso estar de nuestra parte y tras unas cuantas llamadas, estabamos a un par de firmas de empezar a tener nuestro hogar.

¡Qué ilusión que hace endeudarte a 40 años! Tener la certeza de que en los años que restan hasta tu jubilación, hay alquién que no te va a fallar ningún mes: el pago de la hipoteca. Ni si quiera la menstruación es tan regular.

Dejando a un lado el sarcasmo, la satisfacción y las sensaciones de las últimas semanas, no las cambio por nada. Ese suelo no es el más bonito del mundo, pero es el que pisarán nuestros hijos. Esas paredes no son las más lisas, pero ellas serán testigos de nuestros días de broncas,de risas, de desvelos, de arrumacos, de llantos..

Y cuando pase el tiempo, podremos sentarnos en ese rincón del salón, junto a la ventana, y recordar aquel 30 de marzo, en el que un hombre vestido de naranja, en aquella cafetería de hospital, nos acercó, a cambio de un sobre con todos nuestros ahorros, a nuestro primer hogar.